20 de mayo de 2011

Dicen que la vida, sea como sea, te devolverá cada lágrima en formada de felicidad, cariño o amistad.
Y en esta última, se ven recompensadas tantas noches de lágrimas en mis ojos, David.
Porque no eres uno cualquiera, no eres el típico chico, no. Eres todo para mí.
Para que os podáis poner en órbita:
-Gracias a él, sigo aquí, solo pensé "No, no le puedo hacer esto, no le puedo hacer esto... Y menos a él".
- Gracias a él he soportado un infierno de día con tal solo su "Estoy aquí".
-Gracias a él me he dado cuenta que aún queda gente por el que merece la pena luchar.
-Gracias a él he aprendido que lo más importante es tener cerca a alguien como el que te brinde una amistad como la suya.
-Gracias a él, sigo, existo.
Me da igual lo que penséis, si es alguien cualquiera, si estáis en contra o no de el, si se merece esto o no.
Os equivocáis.
Si algo se merece ese niñato asqueroso son 20 entradas de blog como esta, incluso mejores y de gente más importante que yo. Pero yo solo escribo lo que siento, siento como lo escribo.. Y es lo que hay David.
David, un amigo es todo, el camino, la luz… es arriesgar todo para no estar nunca solo, y siempre estar acompañado. Es el que te ayuda a seguir codo a codo en la vida, el que te ayuda a volar y te empuja a buscar la salida. Es el que jamás te falla y siempre busca la manera de ver aflorar una sonrisa por tus labios.
Es aquel que te guía por el camino de la vida, es tu mitad, tu salida, tu punto de equilibrio, tu punto de movilidad…
Porque perder un amigo es como morir, como cortar esa delgada línea de la vida que mantiene a tu esencia, a tu alma, a ti sencillamente, en pie. Es sentir que el mundo no gira y parece que las agujas del reloj se pusieron de acuerdo para frenar.
Perder un amigo es dejar en corazón sin timón, es quedarte sin tu mitad, llorar y reír en una soledad no compartida.
Sabiendo eso es cuando comprendo que en este mundo si no te tuviese, David, no podría soportar el peso de la vida, no podría con tanta mentira, tanta hipocresía y falsedad, con tanto dolor… Y podré resistir, lo podré hacer porque estás a mi lado y vale la pena, amigo mío.
David, que te quede claro por si no lo has pillado
Por ti sonrío, por ti lloro, y por ti sigo aquí.
Porque te quiero.

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