10 de septiembre de 2013

Ángel. Mi ángel.

Hola mamá, hacía mucho que no te escribía, pero no creas que por no escribirte no te recuerdo, porque recordarte lo hago todos los días de mi vida. Hoy es un día especial, dependiendo del significado que tenga cada uno por especial. Para ti es especial, porque fuiste a un lugar mejor, rodeada de personas que te quieren ahí arriba pero para mí es un día especial, especialmente triste, porque no te quedó más remedio que irte y dejarnos a mi, a mi hermanito y a mi padre aquí. Aunque hayan pasado dos años no me acostumbro a esta falta de ti, a este echarte de menos que de vez en cuando me desgarra por dentro y lo único que quiero hacer es llorar recordándote, cerrándome en mi misma y sin nadie ni nada a mi alrededor. 
No quiero que, desde ahí donde me ves, te pongas triste por decirte esto pero es de la única manera que siento que estás a mi lado. También supongo que es una tontería escribirte esto, porque sinceramente preferiría no hacerlo, preferiría que estuvieses a mi lado. Pero también siento que si en este día que tanto me ha marcado en mi vida, no digo nada o no te escribo al menos, sería como una falta de respeto porque esto es lo mínimo que te mereces.
Este año me he hecho mayor de edad...ya tengo los dieciocho añitos, ya soy una mujercita madura y con cabeza, o eso debería ser. Sinceramente a mi los dieciocho no me han cambiado puesto que yo me considero madura desde el momento en el que tu te fuiste. Claro que echo de menos ser como una niña, con todas las cosas que eso conlleva, con la inocencia y la sonrisa pegada todo el día. Y te prometo que intento serlo a veces, con todas mis fuerzas, intento ser esa niña que me decías tu que era, la que no paraba de sonreír y de animar a todo ser viviente que estuviese a mi lado, pero de vez en cuando fallo y me siento horriblemente mal, porque siento que te estoy fallando.
Siempre lucho, y cuando lo hago, tu eres mi mayor motivo. Hay muchas veces que no miro por mi, sino que miro por ti, por como quisieras que fuese yo en mi vida.
¿Sabes que ahora me dicen que soy igualita a ti? Que cada día que pasa, tengo rasgos y actitudes que me hacen parecerme a ti y no sabes lo orgullosa que me siento cada vez que me lo dicen porque no tienen ni la mínima idea de la gran persona que eras, tanto física como psicológicamente. Me siento orgullosa de que tu hayas sido mi madre y te prometo que toda mi vida lo voy a estar.
En mi vida no hay muchas más novedades...he tenido amores, desamores, me he enamorado y prometido también no volver a hacerlo hasta dentro de mucho porque me he dado cuenta de que lo único que quiero es disfrutar, siempre con cabeza, ya sabes y preocuparme por cosas que tengan importancia y por personas importantes. Ya sabes que repetí pero gracias a eso he conocido a personas importantes en mi vida.
Mira mamá, no sabías las ganas que tenía de contarte todo esto, todas las cosas que me han pasado, todas las cosas que he descubierto, que he vivido, y claro que me gustaría contártelas de primera mano, pero ya que no puedo, esta mini carta te sirve, ¿verdad? 
Solo me queda una cosa que decirte, que te quiero, pero eso ya te lo imaginabas. Y que siempre lo voy a hacer, que no he conocido a mejor persona que tu, que te echo de menos, y que aunque tu no estés aquí, nadie te va a quitar el papel tan importante que ejercías, ejerces, y seguirás ejerciendo en mi vida.

Siempre tuya, tu hija.


No hay comentarios:

Publicar un comentario