12 de septiembre de 2013

Debilidad y falta de esperanza.

Creo que nunca me he sentido más débil como ahora mismo. No sé que necesito, no sé que quiero. Siento que todo se va descomponiendo poco a poco, que ya nada es como antes, siento que lo que fluía por un mismo canal ahora está dividido. No sé donde tengo ni mi cabeza ni mis pensamientos, no sé en donde estoy. Estaba viviendo en mi mundo, pero estaba feliz porque era mío, sabía como actuar, sabía que piezas faltaban pero aun así era eso, feliz. Pero llevo ya unas semanas en las que no siento esa felicidad, una felicidad completa. Todo me llenaba, todo me bastaba, ¿pero ahora? No hace más que desquebrajarse en mil pedazos, de los cuales, no sé de que manera volverlos a juntar. No me fío de nada, no me fío de nadie, mis puntos de apoyo huyen, otros se van sin avisar y a mi me hacen perderme, quedarme sin una defensa que yo creía permanente.
Yo solo pregunto, ¿cómo se puede vivir así? No sé si es que ahora todo lo miro desde un lado demasiado pesimista, no lo sé. No digo que sí porque a mi siempre me ha caracterizado mi optimismo, pero tampoco digo que no porque hace mucho que no lo veo todo de la misma manera, que no lo miro con una sonrisa y una mentalidad libre.
Creo que lo que viene ahora es una nueva etapa, un nuevo cambio. Y preveo que será demasiado grande para una niña que solo tiene dieciocho años, que no sabe que hará con su vida , y mucho menos con su corazón.
Todo fluye con muchos no sé, débiles de creencia y esperanza. Y es irónico, porque dicen que la esperanza es lo último que se pierde y hasta hace bien poco también pensaba que era lo único en esta vida que no se perdía. 
Pero como ya he dicho antes...ahora dudo de todo lo que me rodea.


No hay comentarios:

Publicar un comentario